P. José Andrés Bravo H.
Ya son muchas y más influyentes las ideologías antihumanas las que atacan a la humanidad. Este es uno de los urgentes desafíos que enfrenta la Evangelización. Tenemos grandes instrumentos para poder hacer tomar conciencia sobre el valor divino del humano. La doctrina de la Iglesia es muy rica en lo que para nosotros constituye una necesaria misión de enseñar el humanismo cristiano, integral y solidario. Es urgentísimo cultivarnos en los valores, con seriedad, con competencia, con dedicación, con eficiencia, centrados en la Revelación Divina que nos transmite la Sagrada Escritura, especialmente en el Evangelio de Jesús. Formémonos en el humanismo cristiano, en la visión de la persona, de la historia, de la cultura, de la religión, de la política, de la economía, de la vida individual y su dimensión social. En sentido cristiano, en las relaciones humanas de comunión con Dios, entre nosotros, con el mundo material y natural.
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia nos enseña que los cristianos estamos llamados a ser servidores de la verdad para toda la humanidad. Nos presenta "el lugar que ocupa el hombre en la naturaleza y en la sociedad, escrutada por las civilizaciones y culturas en las que expresa la sabiduría de la humanidad" (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia 14). "El significado profundo de la existencia humana, en efecto, se revela en la libre búsqueda de la verdad, capaz de ofrecer dirección y plenitud a la vida, búsqueda a la que estos interrogantes instan incesantemente la inteligencia y la voluntad del hombre" (idem 15).
Les recomiendo profundizar en el humanismo cristiano con eficiencia; centrados en el estudio de varios valiosos documentos del Magisterio Eclesial. Principalmente la Constitución Gaudium et Spes (GS) del Vaticano II, promulgada el 7/12/1965. Allí se parte de dos principios fundamentales: No hay nada verdaderamente humano que no tenga resonancia en el corazón del cristiano. Por eso, el otro principio que lo mueve es que la Iglesia se siente verdadera e íntimamente solidaria del género humano y de su historia (GS 1). Es, para los cristianos, la carta magna del humanismo cristiano contemporáneo que ofrecemos al mundo actual. Una enseñanza que va creciendo con el tiempo, con los acontecimientos eclesiales, sobre todo, con los extraordinarios aportes de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano.
La Gaudium et Spes nos ofrece unas maravillosas enseñanzas, una visión de la persona como un ser llamado, en su dinamismo vocacional. Un ser imagen de su Creador que lo atrae, lo llama a hacer la historia y hacerse en la historia, con un destino trascendente. Ahí radica su dignidad y su grandeza. La Iglesia "juzga rectamente el hombre, participe de la luz de la inteligencia divina, que él, con su inteligencia, es superior a todas las cosas" (GS 15).
Esta reflexión sólo pretende despertar la consciencia de los cristianos a la necesidad de formarnos en la verdad sobre Dios, sobre la persona humana y sobre la Iglesia para poder dar respuesta a los grandes desafíos de la historia actual.
¡Cuidado! no basta decir que las ideologías que atacan hoy son dañinas. Debemos sembrar la Palabra de la verdad en la inteligencia y en el corazón de cada persona. Es así como cumplimos la misión evangelizadora a la que estamos urgidos.03:19 PM